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Los 7° básicos vivieron su Campamento de la Amistad: una experiencia para crecer en comunidad

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campamento de la amistad

A mediados de mayo, las y los estudiantes de 7° básico vivieron una experiencia profundamente significativa en la Casona Cancha de Piedra, ubicada en la comuna de María Pinto. El tradicional Campamento de la Amistad fue una instancia de encuentro, reflexión, juego y conexión, que buscó fortalecer los vínculos del curso y fomentar relaciones basadas en el respeto, la empatía y el buen trato.

Acompañados por sus profesores jefes, educadores del nivel y un grupo de asesores de II° medio —seleccionados por su liderazgo y calidad humana—, los y las estudiantes compartieron dos días donde el foco estuvo puesto en construir comunidad, conocerse a sí mismos y a los demás, y valorar la riqueza de la amistad como parte esencial de la vida escolar.

“El diseño de las actividades grupales los invitaba a moverse, colaborar y pensar en lo que valoraban de los demás y cómo podían cuidar el ambiente del curso. Muchos expresaron que les gustaría que todos se sintieran escuchados, que no hubiera burlas, y que aprendieran a ponerse en el lugar del otro”, comenta Marcos Muñoz, profesor jefe de 7°A y B.

Momentos de conversación sincera, instancias de juego colaborativo, fogones nocturnos y oraciones por la mañana fueron parte de un programa pensado no solo para integrarse al grupo, sino también para conectar con la interioridad, discernir lo vivido y proyectar juntos un camino escolar más fraterno y enriquecedor.

En palabras del equipo de profesores guías, la experiencia fue un verdadero paso adelante: “Quedamos con la grata sensación de que la generación avanzó en empatía, respeto e integración. Aunque queda camino por recorrer, vimos en sus acciones una verdadera intención de convivir mejor y cuidar al otro”.

Felicitamos a Ghislaine Fuentes y Rafael Vargas por el diseño de esta valiosa propuesta formativa, y agradecemos la participación comprometida de los asesores de II° medio —este año por primera vez en equipos mixtos—, así como a Clara Astele, Daniela Carrasco y Maximiliano Parraguez, profesores acompañantes que fueron un pilar para el desarrollo del campamento.

Un especial reconocimiento también a David Fajardo y Ariel Leonard, del equipo de multimedia, quienes con su energía y disposición musicalizaron las jornadas y dieron un tono festivo al encuentro.

En el espíritu ignaciano que nos anima, este campamento fue una oportunidad concreta de formar personas conscientes, compasivas y comprometidas, que caminan juntas reconociendo en el otro un compañero de vida y misión.